En estas vacaciones me fui a San Luis y Mendoza. Lo que más me gustó fueron las montañas, porque nunca había visto algo tan grandote. Solamente en los dibujitos. Primero fuimos a Mendoza y nos quedamos en las cabañas. Había una pileta y también una sala con metegol. Siempre jugaba con mis hermanos más grandes pero me ganaban porque a veces no veía dónde estaba la pelota. Me hice amigos nuevos y jugaba con ellos a la guerra de agua en la pile.
En Mendoza no pude hacer todas las aventuras porque mi mamá dice que todavía soy muy chico pero más adelante sí me va a dejar. Como una vez en San Rafael que me quería tirar con un bote por el río y me dijo "no" entonces me puse a llorar. Me enojé muchísimo y cuando salimos a pasear me metí en la juguetería. Yo estaba muy triste pero después me puse feliz porque me compraron un auto de carreras.
A la mañana me despertaba mi papá y lo acompañaba a comprar pan para el desayuno. Después nos preparábamos para salir. Conocimos el lago, las montañas, caminábamos un montonazo. A las siete me quedaba dormido porque las aventuras me hacían estar re cansado.
Llegué a mi casa en Buenos Aires y miré las fotos, imaginaba que tenía poderes para volar al lado de los pájaros gigantes y ver las montañas desde muy muy muy alto.
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